RECONOCIMIENTO

Hay almas por alimentar, corazones por calentar

La Belleza, no la belleza subjetiva de los cánones de la moda. La Belleza que salvará el mundo, no viene de este mundo.

El pasado 5 de septiembre en Cáritas Pehuajó se decidió festejar y gozar del día de la Caridad, encontrando a santa Teresa de Calcuta como una referente que nos ayude a encontrar las huellas para tener una mejor atención en nuestra sede.

“Hacer un reconocimiento a los voluntarios que han pasado por aquí. Tratamos de hacer memoria, y cadena de memoria, de quienes habían pasado por esta sede. Porque para caminar hacia el futuro hay que ser agradecidos, por ejemplo: no tener que empezar de cero, sino del esfuerzo y el tiempo que otros dieron para que hoy, los voluntarios actuales, gocemos de esa Caridad empezada hace un tiempo”, nos contó Josefina Llorente, Directora de Cáritas Parroquial Pehuajó, y continuó: “Reconociendo que nuestra esencia, nuestro bien actuar, viene del Altísimo es que festejamos con el Banquete que nos da el alimento de la Caridad”.

 

A continuación, publicamos algunos fragmentos que invitaron a la reflexión durante el reconocimiento a los voluntarios de Cáritas:

Ignacio Medina, diácono que trata de acompañar y de guiar la labor de Cáritas, usó como base ¿La belleza salvará al mundo? del cuento de “El Idiota” de Dostoievski:

El príncipe queda en silencio, como Jesús, cuando le preguntan: ¿cuál es la verdad? La belleza está en que el príncipe se queda al lado del joven enfermo.

Esa es la belleza que salvará al mundo. Es la belleza de Jesús en la Cruz.

Del texto de Isaías nace, ante todo, la cuestión de la que se han ocupado los Padres de la Iglesia: si Cristo era o no bello. Aquí se oculta la cuestión más radical: si la belleza es verdadera o si, por el contrario, la fealdad es lo que nos conduce a la profunda verdad de la realidad. El que cree en Dios, en el Dios que precisamente en las apariencias alteradas de Cristo crucificado se manifestó como amor «hasta el final» (Jn 13, 1), sabe que la Belleza es verdad y que la Verdad es belleza, pero en el Cristo sufriente comprende también que la belleza de la verdad incluye la ofensa, el dolor e incluso el oscuro misterio de la muerte, y que sólo se puede encontrar la belleza aceptando el dolor y no ignorándolo.

Justamente con nuestra santa Teresa de Calcuta que no estaba dentro de los cánones de la belleza, porque el mundo al que hay que salvar no sabe mirar la belleza.  

La santa Teresa de Calcuta rezaba una oración preciosa en la cual reza para ser Aroma de Cristo.
Esparcir tu aroma…

Dulce Jesús, ayúdanos a esparcir tu aroma donde quiera que vayamos. Inunda nuestras almas de tu espíritu y tu vida. Posee toda nuestra existencia hasta tal punto que toda nuestra vida solo sea una emanación de la tuya. Brilla a través de nosotros, y mora en nosotros de tal manera que todas las almas que entren en contacto con nosotros puedan sentir tu presencia en nuestra alma. Haz que nos miren y ya no nos vean a nosotros, ¡sino solamente a ti, oh Señor!

Pues el aroma se le impregnó, el alma y su ser se impregnó de Él. Su Belleza traspasó sus poros, su Sonrisa calmó llagas, su Aroma fue el bálsamo para desahuciados, su Mirada llenó de Paz a los corazones, sus Caricias lavaron la fealdad de este mundo, que solo mide con la vara de la cantidad y conveniencia, convirtiendo su gota de Caridad en el océano de Amor que recibió de Cristo.

La meta es muy alta, una santa demasiado Santa, pero para seguir a Cristo si no vivimos el abandono en su Amor.... ¿qué vamos a transmitir?  ¿La belleza vana? Hay almas por alimentar, corazones por calentar y miradas que encontrar. Pero no sólo en quién viene por comida o una prenda de vestir usada, el voluntario también necesita de esa Belleza para poder subsistir al dolor y angustia que traen los otros, y como Sta. Teresa, más oración para convertir nuestra belleza en Belleza.

El compartir con y entre los voluntarios unas empanadas y un poco de mundanidad es parte del atuendo de esa Belleza.

“Nada puede acercarnos más a la Belleza, que es Cristo mismo, que el mundo de belleza que la fe ha creado y la luz que resplandece en el rostro de los santos, mediante la cual se vuelve visible su propia luz.”

Salvemos el mundo con la Belleza de la emanación de Cristo, depositando en Él toda angustia y problema, que Él lo solucionará.